jueves

La vida desde ARRIBA

Mi abuelo Paterno, un Alemán que nació en tiempos difíciles, solía decir que el hombre debe medirse desde arriba para poder comprender su pequeñez…
Cuando tenemos la oportunidad de observar el mundo desde el cielo, entendemos que somos solo un pequeñísimo universo dentro de otro que es infinito.
Desde mi personal punto de vista, la mayor debilidad del ser humano es la SOBERBIA, y pienso que aunque no se muestre muchas veces,  todos la sentimos en alguna medida, en determinados momentos de nuestra vida.
La soberbia la podemos entender como una excesiva estimación de uno mismo, junto a un sentimiento de ver inferiores a los demás.
Es común confundir o relacionar el orgullo con la soberbia, pero es bueno recordar que el orgullo es disimulable, e incluso apreciado cuando surge de causas nobles o virtudes; mientras que a la soberbia se la concreta con el deseo de ser preferido a otros, basándose en la satisfacción de la propia vanidad.
Cuán común es encontrar entre nuestra familia, amigos, amigas y conocidos, que la vida los va transformando en su actuar y pensar en la medida que aumenta su fortuna material o logran algún puesto de poder, sea o no en la política.
El poder y el dinero tienden a empobrecen el espíritu humano, especialmente por la gran debilidad de hombres y mujeres de caer en la soberbia. Sabemos que este sentimiento es incomprensible a menos que se conozca muy de cerca; es  decir, se requiere experimentarlo para comprenderlo.  Hasta que se hace vivencial se puede penetrar en su laberinto, necesitas vivirlo para realmente saber lo que es.
Observo algunas personas de mi entorno,  ese tipo de gente que recibe halagos y servilismo; reflexiono la forma en que  la vida te coloca en especiales circunstancias que te hacen muy vulnerable a caer en actitudes de creerte superior.
En este universo de rutinas,  hay también un increíble número de personas que caen en los dogmatismos religiosos, llegando al extremo de sentir y mostrar una insoportable soberbia de creerse buenos, santos y semidioses. Actúan como si solo ellos o ellas tuvieran la verdad absoluta, basándose solo en dogmas y creencias, y por supuesto, actitudes intolerantes.
 Me subo de nuevo a un avión y miro por la ventana. Que bello e infinito es el mundo y doy gracias a Dios por vivir en el. Olvido a esas personas soberbias que van por la vida haciendo el ridículo, y sonrío a la gente sencilla que sabe distinguir la verdadera esencia del ser humano, y que gracias a Dios son muchos, muchos más!!





3 comentarios:

  1. Anónimo13:33

    Muy importante como dices saber distinguir la verdadera esencia del ser humano, muy bueno el post. Saludos!!

    @vallejosjose

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  2. Cuanta sabiduria transmiten nuestros mayores; y que bonito gesto compartir con los demas nuestro aprendizaje y la experiencia que nos proporciona.

    gracias Ana. Un saludo

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  3. Gracias amigos por sus comentarios, compartir las ideas y los recuerdos con los AMIG@S virtuales, derriba los muros de la distancia.

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