Todo México lo sabe y el mundo es
ahora testigo de que la Calidad Educativa en México es, ha sido y continúa siendo un limitante
para el desarrollo nacional y sin duda
uno de los mayores retos que afrontará quien asuma la presidencia a finales
de 2012.
La realidad mexicana de hoy es que
7 de cada 10 maestros, que ya daban clases en el sistema de educación básica,
han reprobado el examen para obtener una plaza definitiva. Este problema es tan añejo como el
mejor de los vinos.
Recordemos que fue hasta el año
2000, siendo Presidente Vicente Fox, finalmente se abrió la cloaca que permitió
conocer los resultados sobre la mala calificación obtenida por alumnos
mexicanos en las evaluaciones realizadas por la OCEDE; esto nunca hubiera
sucedido si el PRI continuara hoy gobernando este país.
Ha sido muy doloroso constatar que
el sistema educativo mexicano no evolucionó de acuerdo con la tecnología ni con
la globalización, ni siquiera con el desarrollo político que al parecer,
logramos.
La Secretaría de Educación
Pública, en complicidad con los medios de comunicación (especialmente TELEVISA)
y por supuesto el PRIgobierno,
privilegiaron la ignorancia y un bajo nivel de conocimiento, nunca vigilaron la comprensión y
análisis de los procesos educativos (si no en papel), antepusieron sus intereses personales y de grupo, ajenos al desarrollo nacional.
Sabemos hoy que históricamente se impidiendo evaluar al magisterio, además el perfil de los maestros nunca se pudo definir, acorde a los estándares mundiales.
Tristemente, por décadas se ha permitido que
los contenidos y temáticas de las producciones mexicanas (TELENOVELAS) sean tan denigrantes y faltas de contenido, dignas de rmentalidades huecas (sin el deseo de ofender a quienes tienen
capacidades diferentes).
Todo esto a cambio de no perder el
favor de los votos que cada seis años se otorgaban, religiosamente, al
partidazo…
¿No ha sido este un crimen imperdonable?
Esa es la historia y la
transición democrática apenas la cambió un poco.
La oportunidad de cambio inició en
estos dos últimos sexenios, cuando comenzaron a deshojar los pétalos de la margarita que representa el gremio
comandado por doña Elba Esther, a quien los presidentes del PRI permitieron
siempre que se sirviera con la gran cuchara
del poder, anclando y paralizando la
única real y posible oportunidad para México de lograr un futuro competitivo y
exitoso: La EDUCACIÓN de CALIDAD.
Según se publicó recientemente en Panorama de la
Educación 2011 (OCEDE) http://www.oecd.org/dataoecd/32/32/48667648.pdf
hay datos interesantes que debemos conocer para poder cuestionar y exigir a
quien gobierne este país el próximo sexenio:
La brecha de género en los
empleos es grande…
A pesar de que la pequeña brecha de género a favor de
las mujeres en las tasas de graduación de los programas universitarios (3 puntos porcentuales en comparación con un promedio de 15 puntos porcentuales entre los países de la OCDE), la tasa de
empleo para las mujeres con educación superior de tipo A (más extensa, principalmente programas
teóricos) o con diplomas de doctorado o maestría es 16 puntos porcentuales más baja que la de los hombres con
un nivel educativo similar (73% para mujeres frente a un 89% para hombres), la 4° brecha más grande
entre los países de la OCDE, detrás de Corea,
Japón y Turquía.
Existen pocos programas de
orientación profesional para facilitar la entrada al mercado laboral.
Con tan solo 1%, la tasa de graduación de los
programas de orientación
profesional orientados a la educación superior es 8 puntos porcentuales más baja
que la media de la OCDE y una de las más bajas entre los países de la OCDE. Esto también se refleja
en los bajos niveles de inversión en la formación profesional por parte de las
empresas y en la pequeña proporción de los estudios de orientación profesional
disponibles. La
participación en los programas de formación profesional es elevada en niveles educativos medios pero aún está por debajo de
la media de la OCDE en la educación media superior (9% en México en comparación con el 43% en
promedio a lo largo de los países de la OCDE).
El desempeño de los
estudiantes sigue mejorando
México ha establecido una meta de desempeño para lograr un promedio de país
combinado de 435
puntos obtenidos en lectura y matemáticas en
2012; también está entre los países con mejoras
continuas en los resultados de PISA. Entre 2003 y 2006
los resultados de lectura aumentaron de 400 a 410 puntos, y entre 2006 y 2009 los resultados subieron de nuevo de 410 puntos a 425 puntos obtenidos.
Estos resultados están relacionados con una de las más altas
proporciones de tiempo de enseñanza dedicado a la lectura, la escritura, y la
literatura – el 30% en comparación con la media de la OCDE del 23%, el segundo porcentaje más alto entre los
países de la OCDE después de los Países Bajos.
En matemáticas, el desempeño de México continúa
mejorando, partiendo de 385 puntos obtenidos en 2003, a 406 puntos en 2006, a 419 puntos en 2009.
El gasto por estudiante es
cada vez mayor
Una mayor inversión genera más oportunidades para
mejorar el desempeño. México aumentó su gasto por estudiante de educación primaria a través de la
educación secundaria en un 17% entre 2000 y 2008.
Sin embargo, este aumento está por debajo de la media
de la OCDE del 34% durante el mismo período.
Como una proporción de la riqueza nacional, la
inversión en instituciones educativas también ha aumentado para alcanzar la media de la OCDE del 3.7%
del PIB.
La buena o mala educación que recibimos viene desde nuestros padres. El mio solo estudio hasta primaria, pero, era un asiduo lector de Selecciones de Reader Digest. La curiosidad nació en mí y pronto quedé atrapado en su ejemplo. La televisión llegó con mi niñez (Televisa, no era hasta haber finalizado mis labores cuando podía tener acceso a ella. Una ventana más una posibilidad de mundo diferentes (irreales por supuesto). El Gobierno era el PRI, educación gratuita primaria, secundaria, preparatoria y universidad.
ResponderEliminarNada de esto me ha afectado para salir adelante y darme cuenta de que el sistema no te lo puede proveer todo.
Hoy veo con alegría que mis hijos empiezan a leer y se enfrascan por horas en este entretenimiento y preparación a la vez.
Se predica con el ejemplo. Así de sencillo.