Hablar
del sol, la luna y las estrellas por lo general es tocar un tema romántico, emocionante o mínimo científico; en cambio,
tocar el tema de la "bipolaridad"
nos lleva a un callejón con muchos recovecos.
Aunque
parezca descabellado estos conceptos se pueden entrelazar de una otra forma.
Comencemos
por las estrellas, que en este caso no me estoy refiriendo a los astros que
observamos en el firmamento, sino a las luminarias que nos deleitan con su actividad artística.
En 2011
la actriz británica Catherine Zeta-Jones confesó de manera abierta sufrir el
trastorno afectivo bipolar (TAB), conocido anteriormente como psicosis
maníaco-depresiva, que alterna de manera abrupta períodos de excitabilidad
(manía) con otros de depresión.
Según la
Organización Mundial de la Salud (OMS) este padecimiento afecta aproximadamente
al 4 por ciento de la población mundial y es la sexta causa de incapacidad
laboral.
Otros
famosos que supuestamente padecen algo similar son Jim Carrey, Elizabeth
Taylor, Robert Downey Jr, Mel Gibson, Ben Stiller, Britney Spears, Sinéad O'Connor, Kurt Cobain y posiblemente muchos más.
De manera
diversa las distintas formas en que manifiestan este trastorno, en algunos más
grave y en otros más severo, les ha permitido mantener una carrera profesional
gracias a los avances de la medicina y los nuevos fármacos que hoy se pueden
utilizar para mitigar este terrible mal.
Pero
también ha desatado polémica en cuanto a que es un trastorno que se ha sobre diagnosticado,
en el estudio original del 2008, los autores, de Rhode Island Methods to
Improve Diagnostic Assessment and Services (MIDAS), hallaron que de 145 adultos
que dijeron que les habían diagnosticado bipolaridad, 82 (57%) resultaron no
tener ese trastorno tras realizar una entrevista diagnóstica exhaustiva.
En el
nuevo estudio, publicado en Journal of Clinical Psychiatry, los autores usaron
entrevistas similares para identificar los trastornos que afectarían a esos 82
pacientes. Hallaron que casi la mitad padecía depresión, mientras que a entre
un cuarto y un tercio se le diagnosticó personalidad fronteriza, estrés
postraumático, ansiedad generalizada y fobia social.
Tras
compararlos con otros 528 pacientes psiquiátricos, a los que nunca se les había
diagnosticado bipolaridad, hallaron que el primer grupo era cuatro veces más
propenso a tener personalidad fronteriza.
Ese grupo
era también un 70% más propenso a tener depresión y tenía el doble de
probabilidades de padecer estrés postraumático.
Pero
vamos ahora con el sol y la forma en que la luz solar desata, en la gente joven
con propensión a padecer este trastorno, la aparición de esta terrible enfermedad.
En días
pasados apareció en los medios algunas notas que ofrecen más información sobre
este tema.
Según se
ha hecho público, los cambios en la intensidad del sol afectan al inicio del
trastorno bipolar
"La
exposición lumínica produce alteraciones en los seres vivos, como la floración
o los cambios en la conducta sexual".
Los
cambios en la intensidad del sol, más agudizados durante la primavera,
favorecen el desencadenamiento de trastornos afectivos como el bipolar en
personas genéticamente vulnerables.
Esta es
la conclusión de un estudio llevado a cabo por la National Aeronautics and
Space Administration (NASA), el Hospital Universitario de Álava (HUA) y el
Hospital Clínic de Barcelona cuyos autores son, entre otros, la jefa de
Psiquiatría Clínica del HUA, Ana González Pinto, y el doctor Eduard Vieta, del
centro catalán.
Ambos han
aclarado, en una nota, que "la exposición lumínica produce cambios en los
seres vivos, como la floración o los cambios en la conducta sexual".
González
Pinto ha explicado que los propios pacientes con trastornos mentales graves se
dan cuenta de cómo afecta la luz en su ánimo.
En este
sentido ha explicado que "los cambios lumínicos más suaves son menos
negativos para el organismo".
"Está
claro que el ambiente familiar y social juegan un papel crucial en el
desencadenamiento de enfermedades mentales", ha subrayado González Pinto,
aunque también ha destacado la importancia del medio ambiente.
Los
resultados del estudio, que han sido publicados en la prestigiosa publicación
Bipolar Disorders, han demostrado que cuanto más grande es la variación mensual
en la exposición a la luz solar más jóvenes son los pacientes en el momento de
iniciarse el trastorno.
Esta
conclusión ha sido posible gracias a los datos aportados por la NASA sobre la
exposición lumínica de distintas partes de la tierra, datos que han sido
obtenidos a través de los satélites de la agencia espacial.
Al cruzar
estos datos con los de 2.414 pacientes bipolares de distintas zonas geográficas
del planeta se observó una relación entre el intervalo de máxima variación
lumínica (primavera) y la edad de inicio del trastorno bipolar.
Así se ha
comprobado que California, Chile y Noruega tienen los máximos cambios de
luminosidad mensuales, sobre todo en primavera, y que esto es lo que más
influye en el inicio de algunas enfermedades mentales como el trastorno
bipolar.
Leer más:
http://www.lavanguardia.com/salud/20130103/54358794767/los-cambios-en-intensidad-del-sol-afectan-al-inicio-del-trastorno-bipolar.html#ixzz2GxOIVLGN
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